Mindfulness para todos ¿si o no?


Comparto mi reflexión en el debate del Master de Terapias Psicológicas de Tercera generación de la VIU en el que actualmente estoy participando.

Si nos basamos en la investigación científica, bien es cierto que hay estudios que muestran evidencia en gran variedad de patologías, pero si nos vamos a los metaanálisis, donde más evidencia encontramos es en depresión, estrés y dolor (Khoury 2013, Gotink 2015). Sin embargo, me gustaría ir más allá de los estudios y hablar de mi experiencia como psicólogo clínico y profesor de mindfulness.

Primero tenemos que tener en cuenta que existen dos ámbitos diferenciados de aplicación de mindfulness: los grupos estandarizados de 8 semanas (y sus variantes), y la aplicación de técnicas mindfulness en formato individual. En ambos casos, creo que la adecuación o no de la técnica va a depender de cada persona, es decir, creo que es importante hacer psicoeducación y animar al paciente a conocer y practicar el mindfulness, pero siempre desde la considereación de preferencias y necesidades individuales. He encontrado pacientes muy reacios a la práctica, y pacientes muy motivados con expectativas posiblemente irrealistas, por esto es importante la honestidad, la psicoeducación y el ajuste de expectativas.

Otro aspecto importante, es la adecuación de la técnica a cada caso y patología, ya que como señala la literatura científica, diferentes "patologías" pueden requerir de consideraciones especiales a la hora de practicar mindfulness. Hay pacientes con tendencia a la disociación por ejemplo, que necesitaran instrucciones más detalladas y meditaciones más cortas, y otros pacientes más ansiosos, que pueden beneficiarse de un tipo de práctica mucho más extensa en el tiempo y no tan guiada.

En conclusión, creo que mindfulness NO es para todos, pero SI que nos podemos plantear siempre si el paciente que tenemos delante se puede beneficiar o no de estas técnicas.